Necesitamos encontrar nuestra tierra prometida. Anclándonos
a esta vida nos esclavizamos. Somos esclavos de nuestras miserias, esclavos de
nuestros miedos, esclavos hasta de sus amores.
Estamos exiliados en vida,
forjamos nuestras propias cadenas, fuimos nuestros verdugos, nuestros
victimarios. Nuestras almas vagan en pena, en una tierra a la que maldecimos.
Necesitamos irnos de acá. Derramamos sangre y dolor, despreciamos la vida,
cruzamos el límite de la humanidad, dejamos de ser cándidos, nos volvimos
sucios. Somos lo que hacemos. Hoy termina mi exilio.
Arrastramos inocentes con
nuestra ambición, los encadenamos a nuestro destino. Hay destinos,
inevitablemente trágicos. Hay casualidades, que se vuelven destinos. Tenemos
que buscar nuestro propio destino, enfrentarnos a nuestras ruinas, liberarnos.
La muerte, la muerte va a liberarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gentes que dejaron su marca.