viernes, 27 de enero de 2012


Necesitamos encontrar nuestra tierra prometida. Anclándonos a esta vida nos esclavizamos. Somos esclavos de nuestras miserias, esclavos de nuestros miedos, esclavos hasta de sus amores. 

Estamos exiliados en vida, forjamos nuestras propias cadenas, fuimos nuestros verdugos, nuestros victimarios. Nuestras almas vagan en pena, en una tierra a la que maldecimos. Necesitamos irnos de acá. Derramamos sangre y dolor, despreciamos la vida, cruzamos el límite de la humanidad, dejamos de ser cándidos, nos volvimos sucios. Somos lo que hacemos. Hoy termina mi exilio. 

Arrastramos inocentes con nuestra ambición, los encadenamos a nuestro destino. Hay destinos, inevitablemente trágicos. Hay casualidades, que se vuelven destinos. Tenemos que buscar nuestro propio destino, enfrentarnos a nuestras ruinas, liberarnos. La muerte, la muerte va a liberarnos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gentes que dejaron su marca.