"Parecía que el drama la llamaba. Se complicaba eternamente a la hora de escribir, imitando las vueltas laberínticas de Borges, pero con una vulnerabilidad que él nunca había podido plasmar. Dejaba el alma en el papel, y algo más, también algo más que no podía precisar; pero que llenaba sus textos de mística. Resultaba difícil comprenderla. Pero cuando la entendía, cobraba en mi cabeza un sentido sobrenatural. Como un bonus internacional, la llamaba mi Ángel de la Música. Y la amaba."
lunes, 28 de noviembre de 2011
Se entrelaza con la luz para soportar la oscuridad. Se vuelve incandescente, lucha, corre, vuela, quiere salir. Se ahoga por momentos, y respira por otros. No ve nada mas que un extraño faro gris al final del camino. El humo le entra por los poros, lo posee. El aire es denso. De repente, se ve envuelto en una vorágine espantosa, se siente inmóvil, cada tejido de su organismo esta estático, petrificado. Cierra los ojos, parpadea unas tres o cuatro veces. Cuando se reincorpora se ve encerrado, se siente dentro de algo así como un presidio lúgubre, un paisaje tétrico que creía, tal vez, que lo había visto antes. Sus ganas de seguir recorriendo este insólito lugar se atenuaban proporcionalmente con su sollozo. Un voz en su interior lo fuerza a arrojarse al vació. Y eso es lo que hará.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Sos un ser oscuro. (Y literariamente increíble)
ResponderEliminarAlábote.