Nada es más
simple que mirarte. Mirarte muy cerca, sin prisa. Detener el reloj, congelar el
mundo, congelarlo para mirarte unos segundos, unos segundos que se vuelven el
ritmo de mis pulsaciones. Esos ojos que no tienen color, de verdad no lo
tienen. Son del color de tu alma, transparente. Son del color del aire que
respiras tú, y que respiro yo. Son transparentes como mi amor infinito. Mi amor
que no hace nada mas que amarte, a ti
Y en ese
momento, en el que te miro, empieza a sonar una canción, no se si es producto
de mi imaginación, no estoy loco, o tal vez si. Y suena cada vez más fuerte,
mas y mas, como un sonido penetrante y que no se cansa. Tiene un ritmo hermoso
y pegadizo, no tanto como tu y tus ojos, claro. Es un coro, de poca gente, con
ojos, todos tienen ojos, no como los tuyos, ni siquiera se arriman, pero a
pesar de todo, los poseen. ¿Podrías acaso imaginarte ser la única persona con
ojos en el mundo? Claro que no. Eso seria imposible. No es que este diciendo
que no haría lo imposible para lograrlo. Es bueno que sepas, que si esa idea se
te cruza por la cabeza algún día, no dudes en comunicármela, que yo me
encargare de que no haya ojos más que los tuyos. Me quitaría los míos, aunque
seria un inmenso castigo no poder mirarte todo lo que quiera.
Que estupidez,
el mundo sin ojos. Es que simplemente creo que tienes los más hermosos del
mundo, los que son del color del infinito. Mirarte es una humillación, para mí.
Porque mis ojos, no son hermosos, ni del color del aire como los tuyos. Son,
tan solo, marrones, agrios.
Y cuando
lloran, cuando lloran se desvanece el cielo en mi habitación. Cuando lloran la
furia de los siete mares se hace notar. Se elevan las almas de los malditos y
hunden la de los puros. No es que este delirando, puedo asegurártelo. En el
caso de que estuviese delirando, no lo sabría, pero aun así, lo negaría. ¿Qué seria
de mi sin ti?¿ Acaso seria mas feliz? De seguro podría dormir, sin tener que pensarte
todo el tiempo. Pero nada importa de mi ahora, a mi me llevara el viento, pero
no a tus ojos.
Vivo en ese
mundo inventado, en ese mundo que invente solo para ti. Solo para amarte y
desearte hasta desesperar. Ese mundo de colores grises, en el que solo brillan
tus ojos. Ese mundo en el que el Sol sale cuando tú abres los ojos. Tu alma es
la principal religión. Tu vida es la vida plural. Mi vida es una mas. Nuestra
vida es real.
No hace falta
que te llene de poemas, para que sonrías. No hace falta que te cante una canción
de amor. No hace falta que te alabe una y mil veces. Sin embargo yo lo hago. Es
mi dulce condena. Condena a la que yo me sometí con placer, no porque quiera,
sino porque tú me obligaste. Si no me
hubieses mirado, nada de esto estaría sucediendo. Ni yo te amaría, ni tú me darías
vida. No voy a reprochártelo. O tal vez
si, algún día. Pero no ahora. No ahora porque en esta dulce bipolaridad que
asoma, estoy feliz. Apostaría muchísimo dinero a que no durará.
Mi día comienza
una vez mas, yo te miro, tu sin embargo, no me respondes.