Y de golpe tranquilidad. Claridad. Estabilidad. En el cielo las pocas nubes de tormenta se desplazaban, hacia los costados, dejando iluminado mi perfil con un rayo de Sol tenue. Los parpados pesan, no se porque. No intento develarlo. Es cansancio, o tristeza.
Te fuiste, te fuiste en medio de la tormenta, y yo por correrte, aquí estoy. Mojada, por demás. Las gotas de lluvia que cayeron sobre mi cara se unieron con las lágrimas, no seria capaz de diferenciarlas.
La tristeza es despertar. La tristeza es despertar de ese sueño tornasolado de pesadilla. La tristeza es escuchar que te ríes mientras caminas. Y no te vuelves a mirar. No te vuelves a verme, reposando en el camino de piedras. Aunque se que volverás, tal vez algún día. Algún día en que te acuerdes de esta tonta que tanto te anhela. Esta tonta que no tiene más refugio.
Ahora soy nuevamente participe de esta oscuridad que asoma. Aun no se deja ver, esta un tanto oculta. Pronto se apoderara de mí, y mis memorias. Tus memorias que ahora me pertenecen. Tu ropa. Y el perfume que aun conserva la almohada. Ese perfume tramposo, que simula tu sombra, pero no, no estarás allí. No estarás porque te acabas de ir, riendo por el camino de piedra.
Los girasoles parecen cerrarse a tu paso, pero la tormenta se apaciguo despacio. Muy despacio. Podría jurar que tus labios se movían en cámara lenta cuando me hablaban de desamor. Podría jurar que casi no parpadeabas para disfrutar un poco mas de mi. Podría jurar muchas cosas, como por ejemplo que he visto una estrella morir, o incluso que he bailado en la Luna un par de veces, pero no podría decir que te olvidaré.
Las noticias no tardaran en llegar. Ponto te dejaras de esconder detrás de los arboles. Pronto me dirán que te casaste. Y de mi te contaran que aun sigo tejiendo la bufanda azul que me habías pedido. Tejiendo y destejiendo a la noche, como Penélope. Solo para asegurarme que aun, hay algo tuyo en mí, un ovillo de lana apolillada, y dos agujas de tejer.
Te prometo que te acordaras de mí. Cuando necesites un abrazo, una caminata, o un poema. Cuando necesites una canción, que suene sin razón.
Yo puedo aun hacerte feliz, puedo hacer que tus sueños se cumplan. Puedo ser esa parte que te complemente, o quizás no. Puedo ser lo que necesites para respirar. O por lo menos eso fui. ¿Verdad?
Que mas da, no quiero estar en ningún otro lugar. Aquí, bajo el cielo y Sol que ya casi termina de asomar, mientras acaricia y barre mi piel mojada y fría. Son horas que llevo aquí, creo que podría acostumbrarme a llorar por ti, solamente con cada lluvia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gentes que dejaron su marca.