martes, 31 de enero de 2012

Diva.


Paso por paso voy avanzando. Lenta, pero segura. Maquillaje, mucho maquillaje surca mi cara de ahora, con la de hace unas horas. Brillo, brillo mucho. Pestañas largas, rouge.  Apenas levanto un poco mi largo vestido, para poder caminar. Hermoso, muy hermoso. Es de un color azul, profundo, casi tanto como el océano, o incluso un poco mas. El pelo acaricia mi cintura, y a pesar de sus tantas horas de peluquería, conserva ese olor a poco, que tenia hace unas horas, unas horas que se pasaron muy rápido.


Hace unas horas, me subí al auto. El auto que me lleva a mi destino, mi destino. Ese destino que yo misma elegí como religión. En el camino, unos tantos me saludan, otros no notan mi presencia, pero no me quejo. A algunos los veré en un rato, en frente mio, a otros no los veré nunca mas, así es, nunca mas. Mientras estoy allí, en el auto, cierro los ojos. Inspiro profundo. Siento el aire, siento el aroma de los eucaliptus que bordean la autopista, incluso siento el perfume barato del chofer. Me visualizo en un campo, para concentrarme claro. En unas pocas horas, estaría parada en un escenario, en medio de un enorme lugar, y a nadie quiero desilusionar. Miro mis manos, sigo la corriente de mis dedos y llego a mis uñas. Pintadas de un blanco brillante, descascaradas ya.


Después de un viaje, no tan largo, no tan corto llego. La muchedumbre esta instalada en la puerta, quien sabe hace cuanto. Según dicen, debo entrar por la puerta trasera, contra mi voluntad, aseguro. No entiendo, no entiendo porque me recluyen. Después de todo soy, y seré una persona normal, como cualquier otra, solo que con muchos…conocidos. Ven el auto, es inevitable que no noten que estoy dentro, gritan, corren, algunos lloran. ¿Por mi? Claro. Me ven como un ser supremo, como algo que quizás no soy. Se desilusionarían bastante de mi, sin todos los cristales y vestuarios. O no. No lo se.


Cuatro o cinco hombres, altos, se  ubican alrededor de la puerta. Esperan que yo salga. Esperan que salga la  que dentro de unas horas se convertirá en eso que todos quieren ver. Salgo, con la mirada a gachas, nadie quiere verme así. Así, como en realidad soy. Con una remera negra, estampada y un jean.  El pelo un tanto alborotado, y rímel corrido de hace unas noches. Sin pestañas postizas. Sin purpurina, solo yo.


Entro, y claro una tropa de gente se me abalanza. Me llevan, como una corriente irrefrenable a algo que denominan Camarín. Mientras que algunos se encargan del pelo, otros de mi cara. Me toman por el brazo, como un maniquí y me visten, me prueban vestidos, zapatos extravagantes. En un parpadeo, soy toda de ellos, integra. Soy lo que quieren de mí. Soy esa famosa cantante que hace shows alrededor de mundo. Dejando atrás a la joven soñadora que cantaba en fiestas familiares.


El show comienza en unos segundos, me llaman y me apuran para que vaya al lugar, donde me habían indicado. No corro. Mi sueño esta allí, detrás del telón.
Paso por paso voy avanzando. Lenta, pero segura. Maquillaje, mucho maquillaje surca mi cara de ahora, con la de hace unas horas. Brillo, brillo mucho. Pestañas largas, rouge.  Apenas levanto un poco mi largo vestido, para poder caminar. Hermoso, muy hermoso. Es de un color azul, profundo, casi tanto como el océano, o incluso un poco mas. El pelo acaricia mi cintura, y a pesar de sus tantas horas de peluquería, conserva ese olor a poco, que tenia hace unas horas, unas horas que se pasaron muy rápido. Me ubico, detrás del telón. Siento los aplausos, oigo los murmullos. Todos me esperan.


Las lucen comienzan a atenuarse. Una vez mas cierro mis ojos. Respiro profundo, tomo el micrófono. La música comienza a sonar más y más certera. Es mi hora. 

lunes, 30 de enero de 2012


Todo principio tiene un fin, y todo fin una historia por ser contada.

Esa compañera de locuras. Prisionera de una misma pasión. Esa que es parte de mi ‘lugar en el mundo’.  Parte de mis madrugadas. Parte de mis sueños. Parte de mi corazón. Intrusa, ¿Cómo llegaste? ¿Cómo te metiste ahí, tan adentro? No, claro, ni vos debes saber. De todas formas, esa no es la pregunta, la pregunta verdadera, certera, es ¿Quién te saca? Podría empezar a enumerar mil y una respuestas circulares, pero que pasaría si no quiero hacerlo. Si no quiero que te vayas. Que pasaría si algún día, dentro de muchos años, nos encontráramos leyendo Borges, en algún recoveco de Buenos Aires. Que pasaría si algún día despertara y me viera en Mar del Plata, compartiendo vacaciones (claro, en mar del plata, cerca de las manitos. DERRAPE MODE: ON. Volviendo a la realidad en 3. 2 . 1…..)
Y si, te amo. Que te puedo decir ansiosa, depresiva, histérica, mejor que yo en todo. ¿Que mas puedo pedir de una amiga?  ¿Duración en el tiempo? No, eso no, si ya se que lo tengo.
Te CELEBRO, y te ABRAZO.

Quinientos veinticinco mil seiscientos minutos, quinientos veinticinco mil momentos de luz, Quinientos veinticinco mil seiscientos minutos, ¿Cómo podemos, un año medir? En días, en tardes, en charlas de medianoche. En besos, temores, risa y dolor. 

sábado, 28 de enero de 2012


Mirar los recuerdos felices del pasado, llenarse de melancolía, es fácil. La difícil tarea, esta en poner un espejo, y reflejarlos en el futuro.

viernes, 27 de enero de 2012


Necesitamos encontrar nuestra tierra prometida. Anclándonos a esta vida nos esclavizamos. Somos esclavos de nuestras miserias, esclavos de nuestros miedos, esclavos hasta de sus amores. 

Estamos exiliados en vida, forjamos nuestras propias cadenas, fuimos nuestros verdugos, nuestros victimarios. Nuestras almas vagan en pena, en una tierra a la que maldecimos. Necesitamos irnos de acá. Derramamos sangre y dolor, despreciamos la vida, cruzamos el límite de la humanidad, dejamos de ser cándidos, nos volvimos sucios. Somos lo que hacemos. Hoy termina mi exilio. 

Arrastramos inocentes con nuestra ambición, los encadenamos a nuestro destino. Hay destinos, inevitablemente trágicos. Hay casualidades, que se vuelven destinos. Tenemos que buscar nuestro propio destino, enfrentarnos a nuestras ruinas, liberarnos. La muerte, la muerte va a liberarnos.

miércoles, 25 de enero de 2012

Tanto tempo fa, un Uccello fatale di nome,
Chromaggia, incrociò in volo la freccia di un Arciere Lungo le coste di lava. Per anni, pensando di essere inseguita, scappò dalla freccia.
Chromaggia, Chromaggia, Perché non affronti il pericolo?
La freccia era legata all'ala, e lei volva per liberarsene. Tirando la freccia, altri son ferriti per mia colpa, mia colpa.
Giú! Verso la bocca del diavolo! La sua freccia, I miei occhi.

domingo, 22 de enero de 2012

A Regina, si es que asi corresponde:

Hoy me toca despedirte, y enterrarte, no muy abajo, claro. Te saludo, pero no te olvido. Esta no es una carta de reproches, esto es un agradecimiento, tómalo así.
No se por donde empezar, si por esos interminables monólogos de una moral que no tenias, o por esa ultima sonrisa penetrante. Primero, lo primero.
Ese día de Febrero, calor, mucho calor. Dispuesta a mirar la nueva ficción. Y ahí, de entre los personajes, apareció una tal Regina. Elegante, hermosa, muy hermosa, mala como ninguna, o tal vez no tanto. Me llamaste la atención, o mas bien, la mujer atrás de la mascara. ¿Quién era el ser humano que llamaba tanto mi atención? Claro, quien mas sino Leonor Benedetto. Pero no la vamos a traer aquí, esto no es para hablar de ella, es para hablarte a vos.
Me hiciste llorar, admitilo. Llore, mucho. Me reí, muchísimo mas. Me derretí con esas miradas que decían tanto, y esas sonrisas que dejaban entrever la mujer de atrás, o por lo menos eso me crei. Fuiste mucho, no lo niego, lo seguirás siendo hasta que la memoria me lo permita y el corazón aguante. Ese mismo corazón que te robaste, o mas bien, yo te regale.
Estar atada, encadenada, contra viento y marea enfrente del televisor, culpa tuya. Las locuras que he hecho, los gritos desenfrenados, las depresiones y todo lo que eso conlleva.
Entonces, solo te quiero decir una ultima cosa. Gracias, por traerme a Leonor, y con ella la felicidad.

Cronicas de los impactos.

Bueno, dadas las circunstancias planteadas y establecidas, me veo en la obligación de darle un final a toda esta locura. Despues de llantos, risas, frases memorables, y remeras azules , hoy digo ‘adios’. 

miércoles, 18 de enero de 2012

El Cisne.

Esa fotografía. Esa fotografía que guardo en el cajón. Que se ve tan real que a veces siento que casi puedo tocarla. Tocar cada imperfección de tu piel. Tocar esas arrugas que bifurcan tu piel, pero no te avergüenzan. Y ese perfume, irradia de tu cuerpo y se apodera del aire de mi habitación reclamando memoria. Memoria, memoria. Esa foto. Esa foto que evoca tu recuerdo. El recuerdo de ese día que yo se, que tu sabes, y nadie mas. Esos ojos que me miran, no paran de mirarme. Esos hermosos ojos, que son mucho más claros cuando te escrutan fijamente cerca, muy cerca. No me creerían si dijera que no son Marrones, realmente no me creerían, no se porque. Se que querías ser un cisne. Lo se. Querías que las inmensas plumas blancas como cristal cubrieran tu cuerpo. También se, que allí, unos segundos antes de que tomara la fotografía, la que guardo en el cajón, me contabas de ese hombre amante, dulce semblante. Querías dejar todo lo que eras, buscar tu libertad.  Y lo hiciste. Sigo mirando la foto, no puedo desprenderla de mi mano. Y veo el lunar. Ese lunar que adorna tu pómulo. En el puedo ver el universo. Incluso mi vida.
Quien iba a pensarlo, te convertiste en una plegaria a la felicidad. Si, lo sabes, depende de vos. Íntegramente. Seria todo. Seria luz. Seria las plumas de ese cisne. Seria cada marca en tu rostro. Seria tu corazón. Volvería a latir. A latir. Para que nunca te hayas ido. Para que sigas mirándome con esos ojos, cuyo color, repito, es mas claro de lo que piensas y de lo que piensan los otros. Para que sigas sacándote fotos para que guarde en mi cajón. Fotos que no están más seguras que allí.
Imploro cada día, que algo te traiga de vuelta. Que tu piel blanca brille en la oscuridad. No pasara. Lo se.  Algún día, quizás volverás a articular esos aventajados labios. Lo harás. Tal vez, nunca dejaron de moverse. Y la sangre fluye por tus venas. En mi corazón, la eternidad de puebla. El amor es tu alma, tu corazón. El amor que yo siento, es el motor que hace funcionar tu vida. 
Y si preguntan por ti, que mas da. No se que contestarles. Eras misteriosa, te amaban, te ame, te amo. Les digo que te fuiste de viaje, un viaje largo. O a veces incluso les digo que estás sentada leyendo Nietzsche, en tu sillón, al lado de tu ventana. Me preguntan por ti, claro, hace rato ya no te ven circular por ahí. Mis palabras mienten, pero mis ojos no pueden. Trazo frases y te oculto detrás de ellas.  A algunos otros ilusos les digo que estas nadando en tu inmenso lago de sueños, una vez más. Ellos, los que preguntan, lanzan una carcajada de felicidad, o instalan una media sonrisa en su cara, y se van satisfechos con mi respuesta. La respuesta que invente. Para que no te lloren.
No querías que nadie llore por ti. Te dejas llevar por las olas. Te dejas ir. Te dejaste ir. Querías esto. Nadie más te apoyaría si hubieses contado tus proyectos. Te fuiste y me llevaste a mí contigo. A mí, a mi música, mis libros,  y mi voz. Pero me dejaste tu sillón. Perdón, no es que quiera, pero alguna que otra vez se me resbala una lagrima. Te juro que no es intencional, te lo juro. No puedo evitarlo, la tristeza se hace presente en mí. Y perdón, perdón por no poder recordarte con sonrisas, perdón por recordar lo gris, perdón por no poder,  olvidar. Por no querer olvidar. Olvidarte.
 No existe nada más sanador, que tu foto. Me escucha, parece escucharme, como lo hacías. Simula entenderme, crea ilusiones. A veces absorbo parte de esa sonrisa.  A veces veo tristeza en tus ojos débiles. Pero en esa foto, estas tu. Estas, siempre estas. Es tu inmortalidad que me pertenece y esta guardada en ese cajón. Es tu figura perfecta guardada en mi cajón. No es nadie mas que tu, guardada en mi cajón.
Es ese perfume, que siento cuando entro a mi cuarto. Sale de ti, de la foto. Ese perfume que yo misma te regale. Ese aroma dulce, que termino en ser acido como ningún otro. Pero aun así, en la fotografía es dulce aun. Eras feliz. Siempre lo fuiste. Siempre lo serás. Hermosa como ninguna, fugaz. Plural, entre tantas. Tan propia. Agria y dulce al mismo tiempo. Brillosa. Brillosa, nunca dejaras de serlo.
Extraño tus palabras, mucho. Tantas palabras que parecían frases, frases que parecían poemas. Poemas con los que podría escribir un libro, muy hermoso. Textos, cartas, charlas de horas y horas, con las que podría relatar mi vida. Mi vida entera y mucho más. Siempre justas, certera.
Déjame que te pida un favor, si es que puedo, claro. Promete que te aparecerás en alguno de mis sueños. Alguno de tantos. Déjame que te vea sentir otra vez. Déjame que te sienta yo a ti. Déjame que te abrace. Hazme saber como estas. Si eres feliz. Si es lo que esperabas. Dime que me extrañas. O no me lo digas, porque te obligaría a no hacerlo. Cuéntame si terminaste de leer ese libro de  Nietzsche, que solo algunas páginas te faltaban, y si conseguiste alguna replica exacta de tu sillón. Claro que si no lo has hecho no me molestaría que te pases una tarde, y abuses de el, prometo no decirte nada. Quizás también,  podrás decir que te acuerdas de mí. Y que te acuerdas de lo que te dije, esa tarde nublosa que me dejaste. Me dejaste. Pero no estoy para reproches. Déjame verte reír una vez más. Pruébame que es verdad lo que siempre afirmabas, eso que decía algo maso menos así  “Reírse es la mejor formula de la juventud eterna”. Camino, camino. Camino por la calle. Sin rumbo. Y si puedes en uno de mis sueños, dame la mano. Déjame que tome tu mano por unos instantes. Déjame mirarte a los ojos, esos ojos que no son marrones. Y solo te dejare pronunciar algunas palabras. No muchas, porque de ser así, no podre dormir jamás, pensando en como hacer para no olvidarlas jamás.
Debe ser una banalidad. No me atrevo a quitar la ropa, tu ropa. ¿Por qué? No se. Me recuerda lo mucho que te gustaba ser elegante. Llena de perlas, y zapatos. Muy muy altos. No por que eras bajita, en lo mas mínimo.
Y mi último favor, el último te lo juro. Dime si por fin, te convertiste en cisne.


¿Como ha de ser eso de volverme un cisne? Y dejar aquella que yo fui. Buscaré la libertad, solo para mí. Es tan solo tiempo de aprender, donde esta la única verdad. Cisne quiero ser, y dejar atrás lo que no sirve más.

lunes, 16 de enero de 2012

Quizá nadie nunca, ningún filósofo, ni biografista, lograra explicar lo que yo sentí esa noche. Me hundí enteramente en un laberinto de dolor y odio, odio y asco. Cada alarido punzante de poder y superioridad autócrata retornara, y te tomara por los tobillos y te llevara al fondo de la tierra donde las almas vagan ya sin ningún otro propósito mas que sufrir. Cada lágrima derramada te servirá de amparo, de consuelo, de refugio, ya que en  el Reino de Terror, todo vale. Beberás ese Vino que es Sangre, esa Sangre que es Vino, dulce, muy dulce como una dosis de venganza inyectada justo en el epicentro de ese pecado capital. Me arrodillo frente a tu figura tortuosa, no es por miedo, te lo aseguro. Ya nada serás cuando tus propias manos te despedacen la carne y devoren tus huesos. No busques la inmortalidad pequeño ilusionista, no lo intentes. La ergástula mas obscura hace ya siglos lleva grabado tu nombre. La desesperación de ahogo será tu incansable compañera. No finjas arrepentimiento, no finjas ardor. Los arcanos fueron echados con cada marca violácea que se marca a fuego de manera sagrada en la piel. No lo tomes como una amenaza, solo asegúralo en tu memoria como una predicción, no confíes nunca más, en el ‘Salta y aparecerá la red’.
NO VOY A ESPERAR HASTA MAÑANA, SI EL PRESENTE LO TENGO.

martes, 10 de enero de 2012

“Un buen viajero no tiene planes fijos
ni esta empeñado en llegar a parte alguna.
Un buen artista permite
Que su intuición lo guie a donde quiera.
Un buen científico se libra de conceptos
Y mantiene su mente abierta a lo que es.
Así, el maestro es accesible a todos 
Y no rechaza a nadie.
Emplea todas las situaciones
y no desperdicia nada.
A esto se le llama encarnar la luz.
¿Qué es un buen hombre sino maestro de un hombre malo?
¿Qué es un mal hombre sino la tarea de un hombre bueno?
Si no comprendes esto, te perderás
Por inteligente que seas.
Ese es el gran secreto."

miércoles, 4 de enero de 2012

Es la respiración misma que brota de mis pulmones, es el cálido beso entre las gélidas estrellas, es la vida misma guardada en un frasquito de muestra, es la luz anaranjado que infringe en la ventana sombría de aquel antiguo claustro, es la emoción violenta que envuelve a los hombres, terminada una larga guerra, es el único ojo de un cíclope ciego, es el reflejo plateado de la Luna rozando el mar, es el ultimo suspiro de aquel rosal infeliz, es el lunar, ese hermoso lunar que adorna elegantemente su rostro, es el principio de lo primero, el honor de un soldado, la franja de agua que divide los continentes, es el brillo que me ilumina cuando empiezo a escribir una historia, es la fantasía de un niño en navidad, es mucho mas que fuego, es todo aquello que vive dentro de mi, es cada gota helada de lluvia luego de la sequía mas abismal, es el océano en un vaso de agua, es cada uno de los pájaros que sobrevuelan las montañas. Es todo eso y mucho mas. Es una pincelada mas de un cuadro de Van Gogh, es una pincelada mas, de mi autorretrato.

lunes, 2 de enero de 2012

"La vida hoy, para ser realmente vivida, exige que seas un viajero. Y eso implica correr riesgos y estar dispuesto a equivocarse, y meterse por una callecita que no figuraba en el mapa, y perderse. "

domingo, 1 de enero de 2012

Aclaracion importante: esta entrada es a modo de diario intimo, nadie deberia entenderlo contra su voluntad.

Ayer tube un sueño hermoso, soñe que todo terminaba. Tantos años, tantos recuerdos, tantas risas, llantos, enojos, que se homogenizaban en cartas de despedida. Logros, esfuerzos, amores y desamores. Mi turno llegaba, el final de ellos ya habia pasado, no tan emotivo, no tan frio. Subi los cuatro o cinco escalones que me separaban de la gloria eterna. Las lagimas brotaban y brotaban de mis ojos, no las podia controlar por mas que quisiera, el orgullo, la desesperanza de los que vendria me llenaban de punta a punta. Entonces aparecio por una cortina, con 'algo especial para mi', no importa que, ni yo sabria explicarlo. Se acerco, me abrazo, llore, lloramos.
Esto fue, lo que al despertar llego a mi cabeza, no sabria como describirlo, no podria decir nada mas exacto que lo que acabo de redactar, era la disputa entre mi pasado, y mi futuro. Fue un sueño increible, de esos que a la noche uno piensa y repiensa muchas veces para continuarlo o volverlo a soñar, pero nunca regresan, se los lleva el viento, se los lleva la noche. Son sentimientos nocturnos, deseos ocultos que algun dia saldran a la luz, y seran felicidad pura. No pido que quien lea esto lo entienda, verdaderamente no tiene ningun sentido para nadie, excepto para mi.